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Sociolingüística internacional
Invierno 2002


Estudios sociolingüísticos de la Viceconsejería de Política Lingüística del Gobierno Vasco, por Miren Mateo y Xabier Aizpurua

Los estudios sociolingüísticos impulsados, esta última década, por la Viceconsejería de Política Lingüística del Gobierno Vasco son un exponente de su voluntad de implementar y evaluar periódicamente las políticas de acción positiva a favor del euskera.
En este sentido, las encuestas sociolingüísticas de Euskal Herria, realizadas cada cinco años desde 1991, son, juntamente con los censos, los instrumentos básicos para la obtención de los indicadores de evaluación finales de la eficacia de las políticas lingüísticas desarrolladas para la promoción del uso del euskera. Dichas encuestas nos permiten, por un lado, contrastar y completar la información derivada de los censos de población y de los padrones municipales de habitantes, que desde 1981 ofrecen datos relativos a la lengua materna, el conocimiento y uso del euskera, y, por otro lado, obtener la información básica necesaria en aquellos territorios de habla vasca (País Vasco Norte) en que se carece de datos censales.
En este artículo se presenta una breve panorámica de los indicadores de evaluación de la política lingüística y de la evolución sociolingüística y de sus principales resultados en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV).

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Sumario

1. Introducción

2. Indicadores de evolución sociolingüística

3. Principales resultados

4. Conclusiones finales

5. Estudios de la Viceconsejería de Política Lingüística

1. Introducción

Según Joseba Intxausti: (1)  "Las estadísticas del alavés Ladislao Velasco constituyen los datos más fidedignos que conocemos sobre el número de hablantes vascos del siglo pasado". Es de notar el elevadísimo porcentaje de vascohablantes de la casi totalidad de los diversos territorios de Euskal Herria (pdf 50 KB): (2) Gipuzkoa (1867) 96%; Bizkaia (1867) 81%; País Vasco Norte (1866) 65%; Navarra (1867-68) 20% y Álava (1867) 10%.

A la vista de estos datos, cabe resaltar que, durante el último siglo, la regresión ininterrumpida del euskera, debida a múltiples factores que no intentaremos explicar ahora, ha provocado un desplazamiento lingüístico de tal calibre que, hoy en día:

  • casi han desaparecido los hablantes monolingües euskaldunes; (3)

  • el número de hablantes vascófonos se ha visto reducido a menos de la tercera parte de sus efectivos y

  • la población cuya lengua materna es el euskera es minoritaria en todos los territorios de Euskal Herria.

Se han cumplido ya más de veinte años desde que el Estatuto de Autonomía (CAV, 1979) proclamara el euskera lengua oficial de la Comunidad Autónoma del País Vasco y de la recuperación de nuestras propias instituciones. Una de las medidas fundamentales adoptadas en la Comunidad Autónoma del País Vasco fue la Ley 10/1982, Básica de Normalización del Uso del Euskera, que tras reconocer los derechos lingüísticos de los ciudadanos estableció los deberes de los poderes públicos con vistas a la consecución de la plena normalización del uso del euskera. Desde este momento, la inversión del desplazamiento lingüístico (reversing language shift) se convirtió en el eje central de la política lingüística de los años sucesivos.

Según Joshua Fishman, (4) la inversión del desplazamiento lingüístico aspira no sólo al fomento de la adquisición precoz del lenguaje, al dominio fluido de las diversas variedades de una primera o segunda lengua y a su uso corriente dentro de la escuela, sino también a la creciente funcionalidad social y a la transmisión intergeneracional de una lengua que todavía no ha llegado a ser el idioma materno de la mayoría de la población, de manera que cada generación sucesiva pueda partir de un punto más avanzado que aquél del que partió la anterior.

2. Indicadores de evolución sociolingüística

A la vista de todo ello, hace ya más de diez años que la Viceconsejería de Política Lingüística del Gobierno Vasco optó por intentar articular un sistema de indicadores sencillo, fiable, homogéneo, continuado en el tiempo y comprensivo de Euskal Herria, en su conjunto, para permitir evaluar, simultáneamente, en los diversos territorios y colectivos sociales y, longitudinalmente, en el mismo territorio o colectivo social, entre otros, los siguientes aspectos:

1. La transmisión intergeneracional del euskera y, de manera muy especial, su transmisión familiar o su adquisición precoz a través de la escuela.

2. La movilidad lingüística de los hablantes (índices de retención, pérdida o de incorporación al euskera) según su primera lengua.

3. El uso y la creciente funcionalidad social del euskera:

  • a partir de los diferenciales de uso entre las funciones familiar, social e institucional, sobre todo, entre los jóvenes neovascófonos o euskaldunberris, (5)

  • con una especial atención a la identificación de los factores socio-estructurales y sicolingüísticos que más lo condicionan: la densidad de euskaldunes en las redes de relaciones más próximas (familia, amigos, trabajo...) y el dominio y la fluidez relativos del euskera (sea ésta primera o segunda lengua) y del castellano o francés.

Este sistema ha de ser, además, representativo de las diversas dimensiones que conforman la identidad social, a saber, la dimensión sociodemográfica (sexo y edad); la categoría socioprofesional (nivel de estudios, profesión, situación de empleo); la dimensión geográfica (las tres comunidades político-administrativas de Euskal Herria; las zonas lingüísticas jurídicamente establecidas; las diversas zonas sociolingüísticas; las provincias, las comarcas y los municipios; y, en los municipios superiores a los 10.000 habitantes, los barrios); la identidad lingüística; el origen; y la identidad cultural, entre otros. Para ello, nos basamos en dos fuentes de información básicas:

  • los censos y padrones municipales de habitantes de la CAV que se realizan cada cinco años y que a partir de 1981, han incorporado preguntas sobre el grado de competencia lingüística del euskera (comprensión y expresión oral y escrita), la primera lengua adquirida hasta los tres años y la lengua de uso predominante en casa (6) a partir de las cuales hemos elaborado toda una serie de tipologías más o menos sintéticas (tipología de competencia lingüística (pdf 10KB); tipología de movilidad lingüística (pdf 11KB)que incluye la retención o pérdida del euskera o la incorporación al euskera; y tipología de uso en casa (pdf 9KB) según la movilidad lingüística)

  • y las encuestas sociolingüísticas de 1991, 1996 y 2001 (7) que abarcan al conjunto de Euskal Herria que (con una muestra superior a los 6.300 individuos) vienen a completar la información de carácter censal aunque no son representativas a niveles inferiores a la provincia.

Actualmente, la Dirección de Coordinación de la Viceconsejería de Política Lingüística está embarcada en el proyecto de articular un sistema nacional de indicadores de política lingüística y de evolución sociolingüística para servir a la evaluación continua de las mismas, por un lado, y para proporcionar información relevante a los poderes públicos, a los agentes y órganos (ciudadanos en general, familias, agentes de normalización lingüística, profesionales y entidades o asociaciones) participantes en dicho proceso de normalización del uso del euskera, por otro.

La elaboración de un sistema nacional de indicadores de la política lingüística es un proyecto que ha formado parte de los sucesivos planes de actuación de la Viceconsejería de Política Lingüística. Constituye una línea de actuación de carácter estable, que comporta:

a. Definición de indicadores;

b. Construcción o cálculo de los indicadores previamente definidos;

c. Perfeccionamiento continuo del sistema de indicadores.

El objetivo fundamental del proyecto es definir y construir un sistema de indicadores capaz de proporcionar información sobre el estado de la política lingüística en el conjunto de Euskadi, compatible con los modelos internacionales que se están elaborando (Catalunya, Québec…) y susceptible de ser también aplicado por los poderes públicos en sus respectivos ámbitos de competencias. Dichos indicadores han de referirse tanto a los factores contextuales de la política lingüística, como a los costes, el funcionamiento y los resultados de la misma. Por tanto, no se trata de un proyecto de duración determinada, sino de un programa de actuación permanente que exige una revisión y actualización periódicas.

Para la obtención de indicadores se requieren fuentes de datos fiables y periódicas para lo cual será preciso estrechar, aún más, las relaciones con el Instituto Vasco de Estadística (EUSTAT) así como con el resto de departamentos del Gobierno y del resto de administraciones para coordinar mejor dicho proyecto con los demás estudios de evaluación que constituyen las fuentes naturales de datos para algunos indicadores, especialmente los de procesos y resultados de planes de actuación sectoriales concretos.

Los planes de actuación de la Viceconsejería de Política Lingüística correspondientes a los períodos 1995-1998 y 1999-2002 incluían ya la necesidad de evaluar sistemáticamente la política lingüística y anticipaban la necesidad de elaborar un sistema nacional de indicadores.

Para ello se modificó en 1996 el Consejo Asesor del Euskera en el que, a partir de ese momento, están representados, además de los poderes públicos de la CAV con competencias plenas en materia de política lingüística (gobierno, diputaciones forales y asociaciones de municipios) múltiples agentes y representantes de la iniciativa social. El Consejo Asesor del Euskera constituyó varios grupos de trabajo para abordar tareas concretas en el marco del proyecto:

a. evaluación de los puntos fuertes y débiles de los programas de actuación sectoriales de las últimas décadas y

b. el análisis de los presupuestos destinados a la promoción del uso del euskera.

Los resultados de dicha evaluación fueron plasmados en el Plan General de Promoción del Uso del Euskera, aprobado por el Gobierno Vasco el 28 de julio de 1998 y ratificado, posteriormente, por el Parlamento Vasco el 10 de diciembre de 1999.

Hoy en día, seguimos trabajando para articular el sistema nacional de indicadores. La primera dificultad que plantea la construcción de un sistema nacional de indicadores es la necesidad de su coherencia interna y del establecimiento de las relaciones entre ellos, lo que exige la adopción de un modelo teórico de referencia. La experiencia internacional, sin embargo, muestra la imposibilidad práctica de establecer este modelo. (8) Por ello, sería preferible optar por establecer un marco de referencia operativo que permita distribuir con coherencia los indicadores y relacionarlos entre sí.


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