Sumario1.
Introducción
2. Indicadores de evolución
sociolingüística
3. Principales resultados
4. Conclusiones finales
5. Estudios de la Viceconsejería de
Política Lingüística
1. Introducción
Según Joseba Intxausti: (1) "Las estadísticas del
alavés Ladislao Velasco constituyen los datos más fidedignos que conocemos sobre el
número de hablantes vascos del siglo pasado". Es de notar el elevadísimo porcentaje
de vascohablantes de la casi totalidad de los diversos territorios de Euskal
Herria (pdf 50 KB):
(2) Gipuzkoa (1867) 96%; Bizkaia (1867)
81%; País Vasco Norte (1866) 65%; Navarra (1867-68) 20% y Álava (1867) 10%.
A la vista de
estos datos, cabe resaltar que, durante el último siglo, la regresión ininterrumpida del
euskera, debida a múltiples factores que no intentaremos explicar ahora, ha provocado un desplazamiento
lingüístico de tal calibre que, hoy en día:
casi han
desaparecido los hablantes monolingües euskaldunes; (3)
el número de
hablantes vascófonos se ha visto reducido a menos de la tercera parte de sus efectivos y
la población
cuya lengua materna es el euskera es minoritaria en todos los territorios de Euskal
Herria.
Se han cumplido ya
más de veinte años desde que el Estatuto de Autonomía (CAV, 1979) proclamara el euskera
lengua oficial de la Comunidad Autónoma del País Vasco y de la recuperación de nuestras
propias instituciones. Una de las medidas fundamentales adoptadas en la Comunidad
Autónoma del País Vasco fue la Ley 10/1982, Básica de Normalización del Uso del
Euskera, que tras reconocer los derechos lingüísticos de los ciudadanos estableció los
deberes de los poderes públicos con vistas a la consecución de la plena normalización
del uso del euskera. Desde este momento, la inversión del desplazamiento lingüístico
(reversing language shift) se convirtió en el eje central de la política
lingüística de los años sucesivos.
Según Joshua
Fishman, (4) la inversión del desplazamiento
lingüístico aspira no sólo al fomento de la adquisición precoz del lenguaje, al
dominio fluido de las diversas variedades de una primera o segunda lengua y a su uso
corriente dentro de la escuela, sino también a la creciente funcionalidad social y a la
transmisión intergeneracional de una lengua que todavía no ha llegado a ser el idioma
materno de la mayoría de la población, de manera que cada generación sucesiva pueda
partir de un punto más avanzado que aquél del que partió la anterior.
2. Indicadores de evolución sociolingüística
A la vista de todo
ello, hace ya más de diez años que la Viceconsejería de Política Lingüística del
Gobierno Vasco optó por intentar articular un sistema de indicadores sencillo, fiable,
homogéneo, continuado en el tiempo y comprensivo de Euskal Herria, en su conjunto, para
permitir evaluar, simultáneamente, en los diversos territorios y colectivos sociales y,
longitudinalmente, en el mismo territorio o colectivo social, entre otros, los siguientes
aspectos:
1. La transmisión intergeneracional del euskera y, de manera
muy especial, su transmisión familiar o su adquisición precoz a través de la
escuela.
2. La movilidad lingüística de los hablantes (índices de
retención, pérdida o de incorporación al euskera) según su primera lengua.
3. El uso y la creciente funcionalidad social del euskera:
a partir de los
diferenciales de uso entre las funciones familiar, social e institucional, sobre todo,
entre los jóvenes neovascófonos o euskaldunberris, (5)
con una especial
atención a la identificación de los factores socio-estructurales y sicolingüísticos
que más lo condicionan: la densidad de euskaldunes en las redes de relaciones más
próximas (familia, amigos, trabajo...) y el dominio y la fluidez relativos del euskera
(sea ésta primera o segunda lengua) y del castellano o francés.
Este sistema ha de
ser, además, representativo de las diversas dimensiones que conforman la identidad
social, a saber, la dimensión sociodemográfica (sexo y edad); la categoría
socioprofesional (nivel de estudios, profesión, situación de empleo); la dimensión
geográfica (las tres comunidades político-administrativas de Euskal Herria; las zonas
lingüísticas jurídicamente establecidas; las diversas zonas sociolingüísticas; las
provincias, las comarcas y los municipios; y, en los municipios superiores a los 10.000
habitantes, los barrios); la identidad lingüística; el origen; y la identidad cultural,
entre otros. Para ello, nos basamos en dos fuentes de información básicas:
los censos y
padrones municipales de habitantes de la CAV que se realizan cada cinco años y que a
partir de 1981, han incorporado preguntas sobre el grado de competencia lingüística del
euskera (comprensión y expresión oral y escrita), la primera lengua adquirida hasta los
tres años y la lengua de uso predominante en casa (6) a
partir de las cuales hemos elaborado toda una serie de tipologías más o menos
sintéticas (tipología de competencia
lingüística (pdf 10KB); tipología de movilidad
lingüística (pdf 11KB)que incluye la retención o pérdida del euskera o la
incorporación al euskera; y tipología de uso en casa (pdf
9KB) según la movilidad lingüística)
Actualmente, la
Dirección de Coordinación de la Viceconsejería de Política Lingüística está
embarcada en el proyecto de articular un sistema nacional de indicadores de política
lingüística y de evolución sociolingüística para servir a la evaluación continua de
las mismas, por un lado, y para proporcionar información relevante a los poderes
públicos, a los agentes y órganos (ciudadanos en general, familias, agentes de
normalización lingüística, profesionales y entidades o asociaciones) participantes en
dicho proceso de normalización del uso del euskera, por otro.
La elaboración de
un sistema nacional de indicadores de la política lingüística es un proyecto que ha
formado parte de los sucesivos planes de actuación de la Viceconsejería de Política
Lingüística. Constituye una línea de actuación de carácter estable, que comporta:
a. Definición de
indicadores;
b. Construcción o
cálculo de los indicadores previamente definidos;
c.
Perfeccionamiento continuo del sistema de indicadores.
El objetivo
fundamental del proyecto es definir y construir un sistema de indicadores capaz de
proporcionar información sobre el estado de la política lingüística en el conjunto de
Euskadi, compatible con los modelos internacionales que se están elaborando (Catalunya,
Québec
) y susceptible de ser también aplicado por los poderes públicos en sus
respectivos ámbitos de competencias. Dichos indicadores han de referirse tanto a los
factores contextuales de la política lingüística, como a los costes, el funcionamiento
y los resultados de la misma. Por tanto, no se trata de un proyecto de duración
determinada, sino de un programa de actuación permanente que exige una revisión y
actualización periódicas.
Para la obtención
de indicadores se requieren fuentes de datos fiables y periódicas para lo cual será
preciso estrechar, aún más, las relaciones con el Instituto Vasco de Estadística
(EUSTAT) así como con el resto de departamentos del Gobierno y del resto de
administraciones para coordinar mejor dicho proyecto con los demás estudios de
evaluación que constituyen las fuentes naturales de datos para algunos indicadores,
especialmente los de procesos y resultados de planes de actuación sectoriales concretos.
Los planes de
actuación de la Viceconsejería de Política Lingüística correspondientes a los
períodos 1995-1998 y 1999-2002 incluían ya la necesidad de evaluar sistemáticamente la
política lingüística y anticipaban la necesidad de elaborar un sistema nacional de
indicadores.
Para ello se
modificó en 1996 el Consejo Asesor del Euskera en el que, a partir de ese momento, están
representados, además de los poderes públicos de la CAV con competencias plenas en
materia de política lingüística (gobierno, diputaciones forales y asociaciones de
municipios) múltiples agentes y representantes de la iniciativa social. El Consejo Asesor
del Euskera constituyó varios grupos de trabajo para abordar tareas concretas en el marco
del proyecto:
a. evaluación de
los puntos fuertes y débiles de los programas de actuación sectoriales de las últimas
décadas y
b. el análisis de los presupuestos
destinados a la promoción del uso del euskera.
Los resultados de
dicha evaluación fueron plasmados en el Plan General de Promoción del Uso del Euskera,
aprobado por el Gobierno Vasco el 28 de julio de 1998 y ratificado, posteriormente, por el
Parlamento Vasco el 10 de diciembre de 1999.
Hoy en día,
seguimos trabajando para articular el sistema nacional de indicadores. La primera
dificultad que plantea la construcción de un sistema nacional de indicadores es la
necesidad de su coherencia interna y del establecimiento de las relaciones entre ellos, lo
que exige la adopción de un modelo teórico de referencia. La experiencia internacional,
sin embargo, muestra la imposibilidad práctica de establecer este modelo. (8) Por ello, sería preferible optar por
establecer un marco de referencia operativo que permita distribuir con coherencia los
indicadores y relacionarlos entre sí. |