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Sociolingüística internacional


Análisis del término 'pariente' como forma de tratamiento en la comunidad sikuani de Puerto Gaitán (Colombia), por John Alexander Roberto Rodríguez


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Puede entenderse, pues, este estudio como una ratificación empírica de la postura que tiende a incluir la sociolingüística dentro de la dialectología, a través de él es factible percibir como resulta artificioso tratar de separar las variantes diastráticas de las diatopías. Igualmente, es fácil reconocer la intención abiertamente crítica de los hechos sociales que se desprenden del análisis lingüístico, que no por ello deja de ser objetivo, con lo cual lo enmarcamos en la frontera del análisis crítico de los discursos.

3. Metodología

En cuanto al método, se conserva el modelo tradicional de la geografía lingüística al reconocer un número reducido de informantes (diez en total). Para la recolección de materiales contamos con métodos cualitativos (observación de habla espontánea, observación participante) y cuantitativos (entrevistas, encuestas), ello obedeciendo a la misma naturaleza del problema basada en relaciones de clase, es decir, de corte diastrático, percibido en un primer contacto con la comunidad sikuani que habita la zona de Puerto Gaitán.

4. Variables

Cabe recalcar el carácter preliminar de este análisis, debido, en parte, a los grandes inconvenientes en el desarrollo de la misma como son: i) tiempo de permanencia con la comunidad, ii) cierta desconfianza de los informantes hacia los investigadores, iii) papeleo y tramitología burocrática para la realización de encuestas y entrevistas, iv) falta de apoyo estatal, v) dificultades de acceso a la zona por la presencia de grupos subversivos, entre otros.

5. Los sikuani y la forma de tratamiento ‘pariente’

Las comunidades de la etnia Sikuani en Colombia viven en la actualidad un acelerado proceso de pérdida de identidad cultural producto del contacto interétnico. Su relación con el 'blanco', de quien tratan de emular el estilo de vida, los ha llevado a un estado de extrañamiento que se manifiesta en la simultánea perdida de identidad y la no aceptación por parte de los grupos 'civilizados'. Hoy en día los miembros de la familia sikuani habitan tanto los resguardos como en los pueblos próximos a los mismos, en medio de un ambiente de hostilidad dada la naturaleza de sus patrones culturales y la errada transposición que hacen de los patrones colonos. Ser sikuani ha dejado de ser sinónimo de ‘patrimonio nacional’ para convertirse en ‘problemática social’. Escudado en esa perdida idiosincrasia nacionalista el aborigen se ve a sí mismo como ‘objeto’ de interés por parte del turista y, sobre todo, de los investigadores que asisten de las diferentes universidades. Condición de la que tiende a usufructuarse económicamente a través de exigencias a las autoridades civiles (departamentales y nacionales) para terminar por olvidar sus responsabilidades y dejarse despreocupadamente en manos del gobierno. Las tierras que les han sido condonadas en muchos de los casos ni siquiera son empleadas para habitar, menos para establecer cultivos o cría de ganado, aves de corral o piscicultura. Ello solo demuestra el daño que la aplicación de modelos ajenos a la realidad (políticas proteccionistas) ejerce sobre una cultura con caracteres propios.

La ‘enajenación’ cultural de la comunidad tiene cuatro modos básicos de expresión en el Meta: social, religiosa, investigativa y política. La enajenación social se produce por la penetración de los colonos con su carga de productos, bares, fiestas, prostíbulos, etc., es decir, toda la saga de hábitos cotidianos típicos de los sistemas ‘civilizados’. Segundo, el crudo y desconsiderado afán de las ‘misiones’ católicas y protestantes en acrecentar el número de adeptos obligándoles a desprenderse de su riqueza mitológica, ritual y de creencias milenarias. De otro lado, se encuentran los grupos de investigación lingüística, antropológica, etc., que mal entrenados en los métodos de conservación de identidad, entran y obtienen la información requerida para su trabajo pisoteando desprevenidamente la autonomía de las comunidades. Por último, nos encontramos con la pesada carga de las políticas estatales habituadas a solucionar problemáticas de índole social con la asignación de recursos pero nunca a establecer un estudio detallado de los factores heterogéneos que inciden en tal cuestión para, a partir de ello, encaminar mejor el presupuesto.

Dentro de las principales manifestaciones de la desperzonalización tenemos en primera instancia la marcada penetración de los valores mercantiles; cambio en el tipo de autoridad político – administrativa cada vez menos en manos del capitán, brujo o chaman; olvido de las tradiciones culturales: bailes (las danzas colectivas son sustituidas por los ritmos tropicales), comida, bebida, atuendo, elementos para la caza y la pesca; y, en general, la aculturación a nivel material, espiritual y social (abandono del hogar por los hijos, cambio en el rol de la mujer...).

"En conclusión, el indígena que ha soportado un acelerado proceso de aculturación y persecución física, es un desadaptado social, sin identidad de ningún género. Ya no está ligado a su comunidad pero tampoco es aceptado por la sociedad "civilizada". Como han descubierto que la sociedad gira en torno al dinero y a la posesión de bienes materiales, piensa que consiguiéndolo puede borrar en algo su supuesta inferioridad y dejarán de ser tratados y vistos como "irracionales". Sin embargo, su escasa experiencia en el mundo mercantil y monetario facilita los engaños y trampas que tradicionalmente le tienden los sectores con los que se relaciona." (Agudelo y Cantor, 1988).

 

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