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Puede entenderse, pues, este estudio
como una ratificación empírica de la postura que tiende a incluir la sociolingüística
dentro de la dialectología, a través de él es factible percibir como resulta
artificioso tratar de separar las variantes diastráticas de las diatopías. Igualmente,
es fácil reconocer la intención abiertamente crítica de los hechos sociales que se
desprenden del análisis lingüístico, que no por ello deja de ser objetivo, con lo cual
lo enmarcamos en la frontera del análisis crítico de los discursos.
3. Metodología
En cuanto al
método, se conserva el modelo tradicional de la geografía lingüística al reconocer un
número reducido de informantes (diez en total). Para la recolección de materiales
contamos con métodos cualitativos (observación de habla espontánea, observación
participante) y cuantitativos (entrevistas, encuestas), ello obedeciendo a la misma
naturaleza del problema basada en relaciones de clase, es decir, de corte diastrático,
percibido en un primer contacto con la comunidad sikuani que habita la zona de Puerto
Gaitán.
4. Variables
Cabe recalcar el
carácter preliminar de este análisis, debido, en parte, a los grandes inconvenientes en
el desarrollo de la misma como son: i) tiempo de permanencia con la comunidad, ii)
cierta desconfianza de los informantes hacia los investigadores, iii) papeleo y
tramitología burocrática para la realización de encuestas y entrevistas, iv)
falta de apoyo estatal, v) dificultades de acceso a la zona por la presencia de
grupos subversivos, entre otros.
5. Los sikuani y la forma de tratamiento
pariente
Las comunidades de
la etnia Sikuani en Colombia viven en la actualidad un acelerado proceso de pérdida de
identidad cultural producto del contacto interétnico. Su relación con el 'blanco', de
quien tratan de emular el estilo de vida, los ha llevado a un estado de extrañamiento que
se manifiesta en la simultánea perdida de identidad y la no aceptación por parte de los
grupos 'civilizados'. Hoy en día los miembros de la familia sikuani habitan tanto los
resguardos como en los pueblos próximos a los mismos, en medio de un ambiente de
hostilidad dada la naturaleza de sus patrones culturales y la errada transposición que
hacen de los patrones colonos. Ser sikuani ha dejado de ser sinónimo de patrimonio
nacional para convertirse en problemática social. Escudado en esa
perdida idiosincrasia nacionalista el aborigen se ve a sí mismo como objeto
de interés por parte del turista y, sobre todo, de los investigadores que asisten de las
diferentes universidades. Condición de la que tiende a usufructuarse económicamente a
través de exigencias a las autoridades civiles (departamentales y nacionales) para
terminar por olvidar sus responsabilidades y dejarse despreocupadamente en manos del
gobierno. Las tierras que les han sido condonadas en muchos de los casos ni siquiera son
empleadas para habitar, menos para establecer cultivos o cría de ganado, aves de corral o
piscicultura. Ello solo demuestra el daño que la aplicación de modelos ajenos a la
realidad (políticas proteccionistas) ejerce sobre una cultura con caracteres propios.
La
enajenación cultural de la comunidad tiene cuatro modos básicos de
expresión en el Meta: social, religiosa, investigativa y política. La enajenación
social se produce por la penetración de los colonos con su carga de productos, bares,
fiestas, prostíbulos, etc., es decir, toda la saga de hábitos cotidianos típicos de los
sistemas civilizados. Segundo, el crudo y desconsiderado afán de las
misiones católicas y protestantes en acrecentar el número de adeptos
obligándoles a desprenderse de su riqueza mitológica, ritual y de creencias milenarias.
De otro lado, se encuentran los grupos de investigación lingüística, antropológica,
etc., que mal entrenados en los métodos de conservación de identidad, entran y obtienen
la información requerida para su trabajo pisoteando desprevenidamente la autonomía de
las comunidades. Por último, nos encontramos con la pesada carga de las políticas
estatales habituadas a solucionar problemáticas de índole social con la asignación de
recursos pero nunca a establecer un estudio detallado de los factores heterogéneos que
inciden en tal cuestión para, a partir de ello, encaminar mejor el presupuesto.
Dentro de las
principales manifestaciones de la desperzonalización tenemos en primera instancia la
marcada penetración de los valores mercantiles; cambio en el tipo de autoridad político
administrativa cada vez menos en manos del capitán, brujo o chaman; olvido de las
tradiciones culturales: bailes (las danzas colectivas son sustituidas por los ritmos
tropicales), comida, bebida, atuendo, elementos para la caza y la pesca; y, en general, la
aculturación a nivel material, espiritual y social (abandono del hogar por los hijos,
cambio en el rol de la mujer...).
"En
conclusión, el indígena que ha soportado un acelerado proceso de aculturación y
persecución física, es un desadaptado social, sin identidad de ningún género. Ya no
está ligado a su comunidad pero tampoco es aceptado por la sociedad
"civilizada". Como han descubierto que la sociedad gira en torno al dinero y a
la posesión de bienes materiales, piensa que consiguiéndolo puede borrar en algo su
supuesta inferioridad y dejarán de ser tratados y vistos como "irracionales".
Sin embargo, su escasa experiencia en el mundo mercantil y monetario facilita los engaños
y trampas que tradicionalmente le tienden los sectores con los que se relaciona."
(Agudelo y Cantor, 1988). |