¿Sabe que en un país pequeño como Cataluña hay más de trescientos museos abiertos al público, algunos  de los cuales conservan colecciones muy valiosas cuyo interés es universal? 

En Barcelona, en la montaña de Montjuïc, se puede visitar el Museu Nacional d’Art de Catalunya, que ofrece a  la contemplación del público la mejor colección mundial de pintura románica. También en Montjuïc se halla el  singular edificio de la Fundación Joan Miró, obra de Josep Lluís Sert que aprovecha al máximo la luz y el  espacio. En el parque de la Ciutadella, el Museu d’Art Modern contiene una notable colección de pintura y  escultura catalanas de los siglos XIX y XX, y en pleno Raval se ha inagurado, en 1995, en un edifico de  Richard Meier, el Museu d’Art Contemporani de Barcelona. En la calle de Montcada, en un bello palacio gótico  restaurado, el Museu Picasso contiene interesantes obras de juventud del pintor, que tanto amó a Cataluña, y  otras obras donadas por el mismo Picasso. 

Volviendo al arte románico, podemos admirar el simbolismo y la religiosidad de dicho estilo y hermosas muestras del gótico en los museos diocesanos de Vic, Gerona, La Seu d’Urgell y Solsona. 

Único e insolito por su contenido es el museo creado por Salvador Dalí en Figueres, su villa natal, gracias al cual podrá comprender las inquietudes surrealistas del pintor. 

En muchas poblaciones catalanas hallará museos pequeños con colecciones muy interesantes de las  especialidades más variadas y originales. Ante la imposibilidad de citarlos todos, recordaremos tan sólo el  museo del vino, en Vilafranca del Penedès; el de la piel, en Capellades; el del botijo en Argentona; el de encajes, en Arenys de Mar; el de coches antiguos, en Sils; las colecciones del Museu Romàntic y del Maricel y el Cau Ferrat, en Sitges, así como el único del mundo dedicado a los autómatas, en la montaña del Tibidabo, de Barcelona. 

En Cataluña nos esforzamos en que los museos sean lugares vivos. Por eso, al compás de los tiempos puede usted visitar el Musaeu de la Ciència y el Planetàrium, en Barcelona, o el Museu de la Ciència y la Tècnica de Catalunya, en Terrassa.