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PIEDRAS QUE HABLAN  

Cuando viaje por Cataluña, hágalo sin prisas. Su pasado de más de mil años lo merece. En Ampurias, en la Costa Brava, revivirá la presencia de los griegos de la época clásica. La colonia griega poblada más tarde por los romanos, nos ha legado un conjunto de esculturas y piezas de cerámica muy valiosas. Desde allí no le será difícil llegar al poblado ibérico de Ullastret ni pasear a la sombra de sus imponentes murallas. En la Costa Daurada, tiene que visitar la ciudad imperial de Tarraco, hoy Tarragona, todo un tesoro de monumentos romanos. 

¿Quiere sentirse en un ambiente medieval y pasear acompañado por el recuerdo de monjes sabios, caballeros valerosos y comerciantes arriesgados? Pues ha acertado visitando Cataluña, un país cuya personalidad histórica se formó en la edad media. Los monumentos prerrománicos, románicos y góticos, construidos entre los siglos IX y XIV, se hallan tanto en el llano como en la montaña. Cabe admirar, en la Costa Brava, el monasterio de Sant Pere de Rodes, dominando el mar, y tierra adentro, el de Santa Maria de Ripoll y los tres monasterios cistercienses de Santa Maria de Poblet, Santes Creus y Vallbona de les Monges, importantes centros culturales y artísticos medievales. En las ciudades de Gerona, Barcelona, Tarragona, Tortosa y Lérida son de admirar sus catedrales, entre las cuales la de Gerona, con la nave más ancha del gótico europeo. También encontrará los edificios medievales que acogían, y a menudo todavía acogen, las instituciones de gobierno, como la Paería de Lérida o el palacio de la Generalitat, en Barcelona, sede del gobierno autónomo de Cataluña. Dichas piedras le evocarán los tiempos en que los mercaderes catalanes navegaban de punta a punta del del Mediterráneo y los hombres de armas dominaban muchas de sus tierras ribereñas. 

Llamarán su atención la belleza formal y la originalidad de los monumentos de los siglos XIX y XX, de estilo modernista, corriente europea que adquirió en Cataluña caracteres propios. ¿No le parece curioso que, en las zonas vinícolas, las bodegas denominadas literariamente "catedrales del vino", adoptasen a menudo el estilo modernista? ¿O que ese mismo estilo fuese adoptado en la construcción de algunas de las fábricas símbolo de la actividad fabril del siglo pasado, cuando el país vivió la Revolución Industrial? Barcelona es la ciudad del mundo con más edificios modernistas... No es extraño, pues, que Antonio Gaudí fuese catalán. 

La tradición innovadora de la arquitectura catalana continúa vigente en las realizaciones actuales.